percebes

Dicen que el percebe del Cabo Roncudo en Corme es el mejor del mundo, al parecer porque se dan unas condiciones óptimas de temperatura y salinidad, por la situación de las rocas batidas por el mar y por la cantidad de sol que reciben. Además, desde los años ochenta se han introducido en Corme planes de explotación del percebe, para gestionar de forma sostenible este maravilloso recurso natural, mejorando también su calidad. No sé hasta qué punto se han cumplido, pero parece que al menos en los últimos años sí.

Puede que la apariencia de este manjar no sea muy apetitosa, sobre todo para alguien que no los haya probado nunca. Muchas veces me he preguntado cómo llegaron a formar parte de nuestra gastronomía y cuánta hambre debieron pasar nuestros antepasados para recurrir a ellos.

Pero es que cuando los pruebas… Comer un percebe es como una explosión de sabor. Es un pedazo de mar en tu boca, con la sal y los peces y las algas y el plancton y el aire y la fuerza de las olas. Es una delicia especialmente asequible si estás por la zona de Corme en julio, ya que desde hace unos veinticinco años se celebra la fiesta del percebe. Allí, además de un ambiente increíble, por unos 15 o 20 euros puedes disfrutar de una buena ración del preciado percebe.

festa do percebe

Y si no te gustan las aglomeraciones, puedes optar por comprarlos y cocinarlos tú, no tiene mucho misterio. No deben lavarse o perderán parte de su sabor. Se pone a hervir un poco de agua de mar (o agua con sal gorda en su defecto) y cuando rompe, se echan los percebes. En cuanto vuelva a romper a hervir se dejan cinco minutos y listo.

Hay quien dice que el percebe es caro y la verdad es que rara vez baja de los 50 euros el kilo, pero a mí no me lo parece. No, si tenemos en cuenta el riesgo que corren los percebeiros para capturarlos. Y es que no se ha descubierto una técnica mejor, así que se siguen cogiendo como hace siglos. Cuando llega la bajamar, los percebeiros van a pie, sobre las rocas, hasta la zona donde bate el mar, que es donde crece este crustáceo. Con un mango de madera acabado en una cuña metálica capturan los percebes sin romperlos, cuidando de no resbalar, de evitar las olas, de no cortarse en las rocas. En definitiva, arriesgando su vida por este manjar. Y, por desgracia, las cruces blancas alrededor del Faro Roncudo dan fe de ello.

roncudo

El Roncudo se llama así se llama así por el sonido que hace el mar al romper en estos acantilados y es cierto que pasear por esta zona o quedarte sentado viendo el mar es sobrecogedor.  El faro es bonito en su sencillez, blanco y austero, no intenta competir con el entorno en el que se encuentra. Una carretera de unos dos kilómetros une el faro con el puerto de Corme y es un bonito paseo, aunque también se puede recorrer en coche.

Como en tantos otros puntos de la Costa da Morte, en Punta Roncudo se puede disfrutar de una puesta de sol increíble, si las nubes no se interponen…

atardecer roncudo

La Punta Roncudo se encuentra a unos veinte kilómetros del Camping Sisargas y la mejor forma es visitarlo en coche. Se tarda una media hora en llegar hasta allí. El pueblo de Corme es agradable y hay muchos lugares para comer o cenar. La fiesta del percebe se celebra el primer fin de semana de julio.

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